La vida, como un tablero de ajedrez. Cada movimiento un destino y cada paso un camino. De repente, ¡zas! movimiento equivocado. Lo pierdes todo, aquel que parecía el mejor se derrumba y ya no queda nada de él.
Piezas que se mueven hacia donde no deben, escoges el camino equivocado y ya no hay vuelta atrás.
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